martes, 3 de enero de 2012

Bye, bye, baby


Sayonara, Mio, de Takuji Ichikawa

¿Cómo puede ser que la etiqueta Literatura esté tan escuálida? Tengo que ponerme las pilas. Poco a poco iré reseñando mis últimas lecturas, que ya vendrán los tiempos de poquito tiempo y tendré que tirar de archivo. Empiezo con el libro cuya portada podéis ver a la izquierda. Literatura contemporánea japonesa, rico, rico.

SINOPSIS

Un año después de la muerte de su mujer, Takkun aún no se hace a la idea de su ausencia, y siente cómo la carga que sobrelleva se le vuelve cada vez más pesada; esta carga no es otra que cuidar a su hijo de seis años, Yuji. Aquejado por extrañas dolencias, causadas al parecer por un exceso de ciertas sustancias químicas en su organismo, se ve incapaz de proporcionarle una vida corriente y feliz en vez de la que llevan, en la que predominan la ropa sucia y la comida precocinada. Hasta que un día, durante el paseo de los domingos, se encuentran con una mujer que se parece de una manera alarmante a Mio, si bien no es exactamente igual. Entonces recuerda una promesa que ella le hizo, poco antes de morir...

Hay vidas, y vidas interesantes. La de Yukio
Mishima es de las segundas.
No hay mucha literatura japonesa editada en España. Se ha publicado a bastantes autores clásicos, como Natsume Soseki, Yasunari Kawabata, Kenzaburo Oé, Jun'Ichirou Tanizaki y Yukio Mishima (de quien tarde o temprano caerá alguna reseña de un libro suyo por aquí); su intención suele ser realista o costumbrista, y en muchos casos destinada a reflejar una realidad, ya sea una época en concreto, unas costumbres o algunos aspectos de la vida japonesa. La prosa suele ser parca, o adornada muy sutil y delicadamente, utilizando un único adjetivo donde muchos otros autores meterían un interminable fárrago de palabras.

Sin embargo, en los escritores contemporáneos la tendencia es otra muy distinta, o al menos en los editados en España, que son los que yo conozco. La mejor definición que se me ocurre es realismo mágico: suelen introducir elementos mágicos, sobrenaturales o inexplicables en sus obras, en muchas ocasiones elementos propios de la idiosincrasia japonesa, como espíritus y dioses. Otro de los elementos frecuentes son clásicos de la ciencia ficción, como los viajes en el tiempo, los extraterrestres o la aparición de doppelgänger. Entremezcladas con todo esto encontramos situaciones o hechos de una absoluta cotidianidad; raro es el libro en que no encontramos una descripción detallada de la ropa que se pone uno de los personajes, o de lo que se va a preparar para comer (¡en alguno he leído incluso la forma de cocinar un plato!). En nuestro país, la literatura contemporánea japonesa está representada fundamentalmente por dos autores: Haruki Murakami y Banana Yoshimoto; hay otros autores, pero de ninguno de ellos se ha editado más de dos libros, que yo sepa.

Portada de la adaptación manga de la novela
El autor de este libro, Takuji Ichikawa (1962), que empezó su carrera como escritor en internet, debutó en el año 2002 con la novela Separación, que llegó a ser un best seller. Sayonara, Mio, su segunda novela, no se hizo esperar y en 2003 ya estaba en las estanterías japonesas, consiguiendo también un gran éxito de ventas e incluso una adaptación cinematográfica, televisiva y una versión manga. Que es un tipo con éxito, vaya.

Este libro me parece un ejemplo perfecto de la literatura nipona actual. En un principio se nos cuenta el día a día de la extraña pareja protagonista, las dificultades del padre para sobrellevar la vida cotidiana de una forma adecuada, su entorno laboral... hasta que aparece el inevitable fenómeno paranormal. Encuentran a una mujer increíblemente parecida a Mio, que se supone que está muerta. El problema es que no recuerda nada de cuando vivía, ni siquiera los nombres de su marido y su hijo. ¿Es un fantasma? ¿O ha resucitado? ¿Todo fue un sueño, como en Los Serrano?

Como es de esperar, el argumento del libro se construye sobre ese secreto. Veremos cómo Mio (o su fantasma) vuelve a instalarse con Takkun y Yuji y cómo se establece una nueva rutina, ahora que está de nuevo con ellos, a medida que el misterio se va esclareciendo hasta que finalmente se explica todo, y puedo decir que de una manera bastante sorprendente.
El autor, Takuji Ichikawa
Confieso que la novela me gustó, no mucho pero sí bastante, aunque hay que tener en cuenta que soy bastante aficionado a la literatura japonesa. En un primer vistazo la novela parece un tanto extraña, y la sinopsis de la editorial me parece bastante mala. Además, hay cosas que no ayudan a un lector profano en este tipo de novelas, como aquello que comenté en la sinopsis acerca de las sustancias químicas que produce Takkun: es un detalle extraño, que parece no venir a cuento más allá de hacer de este hombre una especie de disminuido, de justificar su incapacidad para determinadas cosas. Es un hecho habitual ver este tipo de detalles que caracterizan, y a veces determinan, la estructura de un personaje (basta con leer casi cualquier libro de Murakami: la mancha azul en la cara del protagonista en Crónica del pájaro que da cuerda al mundo; o la capacidad de comunicarse con los gatos o hacer que lluevan sardinas de Nakata, en Kafka en la orilla).

Dejando eso de lado, que al fin y al cabo no es más que forma, y pasando al contenido, vemos que hay algunas cosas más a tener en cuenta. En primer lugar, se nos presenta una situación bastante manida a estas alturas, pero que objetivamente tiene bastante fuerza: la muerte de Mio, a la vez esposa y madre. Una ausencia que trastorna tanto a Takkun, que la echa de menos, y no sólo por no tener ropa limpia todos los días, como a Yuji, a quien en algún momento incluso vemos culparse de la muerte de su madre. Esto da pie, también, a distintas reflexiones sobre la muerte y lo que la sucede.

Banana Yoshimoto (1964)
Un poco más adelante, vemos cómo se crea una nueva relación entre Takkun y Mio. Ella no se acuerda de él, y eso provoca que la situación sea algo violenta. ¿Cómo debe de ser estar casada con un extraño? Sin embargo, poco a poco se van volviendo a conocer (y nosotros empezamos a conocerlos a ellos y su historia) mediante los relatos de Takkun, en los que cuenta cómo se conocieron, qué pasó entre ellos; es decir, a reconstruir su historia como pareja. Esto ocupa buena parte del libro y en general es puramente costumbrista, por lo que esta novela podría calificarse de "romántica". Si se le pusiese esta etiqueta no se erraría mucho, pero es una novela romántica que no se centra en el amor propiamente dicho.

Los personajes en general están bien caracterizados, son coherentes, tienen todo lo que cabe esperar de un buen personaje. Personalmente, el que más interesante me ha parecido es, por supuesto, Mio. A lo largo de la novela se le va conociendo, se va advirtiendo la fuerza que posee, se aprecia su visión práctica de su situación que vive (si se puede decir esto de una persona rediviva), su capacidad de sacrificio y su tremenda resignación. Resulta interesante, además, ver cómo se enamora de una persona de la que ya se enamoró pero a la que había olvidado, lo que me recordó a la película aquí reseñada.

Haruki Murakami (1949), toda una referencia en el
panorama editorial español
Por lo demás, Takkun es un protagonista típico de estas novelas, en el sentido de que parece aceptar lo que le llega sin apenas sorprenderse, sea normal, poco habitual o imposible. Lo mismo pasa en otras novelas, como Amrita, de Banana Yoshimoto, o, de nuevo, en casi cualquier libro de Murakami. Lo cierto es que el señor Haruki Murakami es un tipo con muy pocos registros (el jazz, la cocina y las mujeres enigmáticas y sexualmente liberadas son motivos harto recurrentes en sus obras), pero caray, cómo me gustan sus novelas.

Yuji me resulta bastante cargante, con sus continuos "¿De veras?". Tener seis años no disculpa esa tontería, y por mi parte no le salvaría de un buen golpe de remo

Y voy a ir terminando, que al final he desbarrado muchísimo. Como igual te has saltado la parrafada y has ido directamente al final para leer la conclusión, aquí la tienes: si te gusta la literatura japonesa actual, probablemente te guste; si no la has catado aún, tal vez sea una buena toma de contacto con ella, además de ser una historia de amor bastante atípica y tierna; si no te gusta, ni la mires.

Título original: いま、会いにゆきます (Ima, Ai ni Yukimasu).
Año: 2003. Páginas: 252 en la edición de 2011 de Alfaguara.

2 comentarios:

Ana dijo...

¡Me viene genial ésta reseña! Últimamente estoy como loca con la literatura japonesa. Si que es verdad que he leído a Murakami y poco más... pero la intención es lo que cuenta ¿no?... vaya.
Tendré en cuenta éste título :)

Mr. Nobody dijo...

Todo es empezar, lo demás viene solo. Por mi parte, fue leer "Tokio blues" y volverme también un poco loco por la literatura japonesa. Tiene un no sé qué que la hace muy atractiva.
Pues nada, visto que tienen su público, haré más reseñas de estas novelas =) ¡Muchas gracias por comentar!

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