martes, 24 de julio de 2012

El maestro y el olvidado


Los dos libros que hoy suben a la palestra son dos libros cortos y directos, pero no por ello simples o poco profundos. Más allá de ésto, entre las dos obras no existe ninguna similitud, salvo la contigüidad en mi lista de lecturas. La primera es fruto de la pluma de un autor muy poco conocido en su época, no digamos ya en la actualidad, pero que contaba entre sus seguidores con el mismísimo Thomas Mann, que lo calificaba de "Kafka olvidado", si hemos de atender a los distintos enunciados promocionales que acompañan a la edición que he tenido entre mis manos. Es una historia cruda, a veces grotesca; no estaría fuera de lugar compararla con un grueso filete dejado a la intemperie durante varios días, una imagen prosaica que cualquiera que se acerca a la novela podrá entender.

La otra novela es de carácter mucho más amable y accesible, firmada por el maestro Miguel Delibes, a quien todos los de mi generación conocerán por El camino, una de las pocas lecturas obligatorias en el colegio que merecía la pena. Después de que me fascinara Señora de rojo sobre fondo gris me quedé con ganas de leer algo más del hombre castellano por excelencia, y así llegué a Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso. Quizá pueda pensarse que al pertenecer al género epistolar haya envejecido peor que otras obras, pero teniendo reciente el auge del email, y en pleno apogeo de las redes sociales y sus excesos, quizá de ella puedan extraerse conclusiones de considerable actualidad.

viernes, 20 de julio de 2012

Nuestro pequeño homenaje a Gabo

Gabo, o "Gabito", como gustéis.
A principios de mes, Jaime García Márquez, hermano del gran escritor y periodista colombiano Gabriel García Márquez "Gabo" (1927-) hacía pública una noticia que provocaría la conmoción instantánea de los amantes de la literatura sudamericana, y muy especialmente para los admiradores del autor de Cien años de soledad: García Márquez padece demencia senil, y no volverá a escribir. Cae así una de las grandes plumas del siglo XX, autora de varias novelas cortas y relatos, cientos de artículos periodísticos, y de la gran obra de la literatura del siglo pasado, la ya mencionada Cien años de soledad.

No es nuestro propósito hablar hoy aquí de una obra maestra como esta. Nuestro objetivo es algo menos ambicioso, y el libro que vamos a tratar es Crónica de una muerte anunciada, publicada en 1981.

lunes, 16 de julio de 2012

El nombre del viento


Continuando con la vuelta a la normalidad tras los exámenes, os traemos una nueva reseña, en esta ocasión literaria. Se trata de un libro que releí hace muy poco, por dos razones: primero, que quería refrescar un poco la historia antes de enfrentarme a la segunda parte, que empezaré a leer en breves; a los pocos capítulos se demostró que esta relectura era absolutamente necesaria, pues recordaba bien poco de la historia. Lo que sí recordaba, y ya estamos con el segundo motivo, es que El nombre del viento, de Patrick Rothfuss, fue para mí una gran decepción, tal vez porque lo leí bastante rápido (dos o tres días) y eso me impidió disfrutarlo adecuadamente, o porque me acerqué a él con unas expectativas demasiado altas a causa de las espléndidas críticas que había leído: que si es tremendamente original, que si está escrito con maestría, que si los personajes parecen de carne y hueso... En aquel momento no me pareció nada de eso, ni por asomo. ¿Y ahora? Enseguida os cuento.

martes, 10 de julio de 2012

El Óscar de Matt Damon

Ben Affleck (izquierda) y Matt Damon (derecha),
guionistas y actores en El indomable Will Hunting
Es curioso que el único premio Óscar que la Academia le ha concedido a Matt Damon (1970-) en su larga y fructífera carrera como actor no haya sido por su actuación delante de las cámaras, sino detrás de las mismas. Y es que este galardón le fue entregado en el año 1997, cuando aún era relativamente poco conocido, y no fue por sus dotes interpretativas, sino más bien imaginativas: se lo dieron por ser, junto con Ben Affleck, el guionista de Good Will Hunting (El indomable Will Hunting, 1997), dirigida por uno de los mayores exponentes del cine independiente, Gus Van Sant. A esta película le quiero dedicar el espacio de hoy, después de dos meses y medio de sequía bloguera (es lo que tienen los exámenes; pedimos las disculpas correspondientes).