lunes, 12 de noviembre de 2012

Baby, we were born to run


Mientras se me ocurre algún libro que poder reseñar (últimamente tengo poca suerte con mis lecturas, ¿sugerencias?) y descansamos un poco de rock progresivo, que últimamente he estado un poco monotématico, vamos con otra reseña musical. Esta pequeña crítica es una deuda pendiente que tenía conmigo mismo, pues es raro que tarde tantísimo tiempo en reseñar un disco que para mí significa lo que éste: hablo de Born to run (1975), del único e inimitable Boss. El disco definitivo; el que hizo que su nombre  y su música se colaran en tromba en las radios y tocadiscos, algo que sólo conseguiría repetir con una intensidad parecida varios años después, con el también magnífico Born in the U.S.A.; y del que saldrían auténticos clásicos que nunca faltan en sus míticos directos de tres horas.