lunes, 16 de julio de 2012

El nombre del viento


Continuando con la vuelta a la normalidad tras los exámenes, os traemos una nueva reseña, en esta ocasión literaria. Se trata de un libro que releí hace muy poco, por dos razones: primero, que quería refrescar un poco la historia antes de enfrentarme a la segunda parte, que empezaré a leer en breves; a los pocos capítulos se demostró que esta relectura era absolutamente necesaria, pues recordaba bien poco de la historia. Lo que sí recordaba, y ya estamos con el segundo motivo, es que El nombre del viento, de Patrick Rothfuss, fue para mí una gran decepción, tal vez porque lo leí bastante rápido (dos o tres días) y eso me impidió disfrutarlo adecuadamente, o porque me acerqué a él con unas expectativas demasiado altas a causa de las espléndidas críticas que había leído: que si es tremendamente original, que si está escrito con maestría, que si los personajes parecen de carne y hueso... En aquel momento no me pareció nada de eso, ni por asomo. ¿Y ahora? Enseguida os cuento.

Crónica del asesino de reyes, que así se llama la serie de la cual El nombre del viento es la primera parte, relata la historia de Kvothe, desde prácticamente sus primeros pasos entre los Edena Ruh (clan de artistas y trovadores ambulantes) hasta la creación de su leyenda, pasando por su maduración y aprendizaje en la Universidad, donde se instruirá en el uso de la magia y emprenderá la búsqueda del nombre del viento. Dicho así tampoco parece nada del otro mundo, pero si al buscar la sinopsis uno encuentra:
He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos. Quizá hayas oído hablar de mí.
Kvothe
¿Cómo no esperar grandes cosas de una novela que se presenta así? Además, de Kvothe se decían maravillas en mil sitios, acerca de su ingenio, de su carisma y de su poderío. La historia debía ser también excepcional, puesto que ya se coronaba a Rothfuss como el nuevo Tolkien (como ocurre con todo aquél que escribe una trilogía fantástica, por otra parte), y además debía ser perfectamente coherente y pulida, puesto que tras ella había catorce años de trabajo, entre escritura, revisión y búsqueda de quien lo publicase. Bien, pues es buena, pero no tanto. Analicemos:

La novela se divide en dos líneas argumentales: una "actual", en la que Kvothe relata en tres días (cada uno en un libro de la trilogía) su historia a Bast, su pupilo, y a Cronista, un cazador de mitos que ha conseguido dar con él y que pretende registrar los hechos reales que se esconden tras la leyenda. Es la parte más interesante, para mí, de El nombre del viento, pues vemos a un Kvothe que se esconde tras la identidad falsa del posadero Kote, regente de una posada en un pequeño pueblo, un hombre que aparenta mucha más edad de la que tiene, rodeado de un halo de misterio y con una amargura que causa una inmensa curiosidad en el lector. Al mismo tiempo, se van describiendo diversos hechos que auguran un incremento de la intranquilidad en el mundo, como si se cerniese una amenaza que no se llega a identificar en esta primera parte de la saga. La segunda línea y principal es la narración que hace Kvothe a Cronista y Bast, algo relativamente original, pues la historia no es contada al lector, sino a los personajes. Aquí conoceremos los orígenes del héroe; la tragedia que lo marcará de por vida, cuando los Chandrian -unos poderosos seres demoníacos que juegan un papel fundamental en esta saga- asesinan a sus padres; y su ingreso y sus vicisitudes en la Universidad.

Patrick Rothfuss
Algo que me venía bastante a menudo a la cabeza durante la primera lectura es "Esto ya lo he leído". Por mucho que se alabe su originalidad, nadie podrá negar que la novela se alimenta de muchos de los tópicos que pueblan el género fantástico; sin ir más lejos, la existencia de la Universidad. ¡Parece que no hay saga fantástica en la que el protagonista no pase por una institución parecida! Por supuesto, no puede faltar el antagonista de turno, aquí llamado Ambrose, con el que mantiene una sana relación de odio mutuo. La simpatía, esa magia tan peculiar que ha ideado Rothfuss, recuerda claramente a la magia de Cuentos de Terramar de Le Guin (autora de referencia para el escritor, por cierto) en cuanto al poder de los nombres y la necesidad de descubrirlos para dominarlos. Incluso hay escenas concretas que remiten a otras sagas: tengo en mente cierta escena en que Kvothe adquiere unos zapatos poco antes de marchar a la Universidad, que es muy similar a la compra de la varita en la saga Harry Potter. No quiero decir que todo esto desmerezca la novela; en realidad, es posible que todas estas referencias conocidas creen el entorno necesario para que uno se encuentre muy a gusto entre sus páginas y haga de la lectura una experiencia cómoda y fluida (al contrario que muchas otras sagas, en las que el autor echa mano de tanta inventiva, a veces totalmente innecesaria, que el resultado es artificial, excesivo e incluso molesto, perdiendo al lector en un mar de términos y palabras raras).

En líneas generales, la historia está bien hilada y con un ritmo adecuado, con las obligadas excepciones; a título personal, la mayor parte de estas escenas corresponden a aquellas en las que aparece Denna, el (difícil) amor de Kvothe en sus años mozos, y seguramente más adelante. Es un personaje con el que no he congeniado ni siquiera en esta segunda lectura, y por eso sus apariciones me dejaban bastante frío, a pesar de su dramática existencia. También hay alguna que otra parte metida con calzador (cierto viaje demasiado repentino hacia el final de la novela, que resta coherencia al comportamiento de Kvothe, fundamentalmente racional y razonable, y cohesión al relato, pues es bastante aburrido), pero en ningún caso el resultado es aberrante. Algo que sí he echado de menos es una mayor descripción del mundo y su historia, pues la contextualización se reduce a unas pocas pinceladas en forma de historias de taberna y referencias aisladas. Supongo que en El temor de un hombre sabio se incidirá algo más sobre este tema.

El estilo de Rothfuss, sin ser una maravilla de la narrativa, es agradable y a menudo deja caer alguna perla ocurrente o hermosa. Reconozco, eso sí, que está muy por encima de la media del género fantástico, con una facilidad para la descripción y una riqueza en la metaforización que sobrepasan, y con mucho, la mera enumeración de hechos, atuendos y efectos especiales varios de otras sagas. Lo más destacable, sin embargo, son los diálogos naturales y vivaces que dotan de multitud de rasgos a los personajes y los hace más entrañables (algunos son excepcionales, como el cuidador de los niños en Tarbean o Auri). A pesar de todo, la sencillez de su escritura hace que la lectura sea fluida, de manera que las páginas pasan y pasan, y en ocasiones sólo el aguante de nuestros ojos o el sueño pueden detenerla.

Llegados a este punto, debo confesar una cosa, dado que rectificar es de sabios, y mi mayor temor es empecinarme en un error: me ha gustado El nombre del viento, mi primera lectura no le hizo justicia. Con reservas, eso sí; tendré que esperar a leerme El temor de un hombre sabio para ver si consigue redondear la primera parte y eliminar mis dudas: por ejemplo, quizá sea necesario que Kvothe se haga un poco a un lado en algún momento de la narración para que su figura no eclipse al resto de personajes como ocurre en esta primera parte: el único contrapunto digno a su persona eran sus padres y Abenthy, el arcanista que le introduce en la simpatía, los cuales desaparecen demasiado pronto. O la ya mencionada falta de un contexto sólido, algo realmente fundamental en la narrativa fantástica.

Patrick Rothfuss approves

Y con esto termino la reseña, que se puede resumir en: lectura interesante y recomendable, siempre que te guste el género fantástico. ¡Esperamos vuestras opiniones al respecto!

Título original: The Name of the Wind. The Kingkiller Chronicle: Day One. Año de publicación: 2007. Páginas: 832.

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