jueves, 11 de octubre de 2012

Una de indie nacional

Continuamos nuestra racha de reseñas musicales, esta vez con algo español. Hace ya mucho que escribí por primera (y única) vez sobre Iván Ferreiro en el blog; en aquella ocasión el disco seleccionado fue Confesiones de un artista de mierda, un disco en directo del gallego cuya reseña podéis leer aquí.

Esta vez también voy a hablar de Iván Ferreiro, que para algo es uno de los pocos cantantes españoles a quienes tengo el placer de escuchar (aunque cada día voy descubriendo voces nuevas).

Los hermanos Ferreiro; Iván (en la izquierda) y Amaro.
Desde mi punto de vista, Iván y el grupo del que formó parte hasta el 2004, los Piratas, son unos de los mejores representantes del indie español, además de ser uno de los primeros que se atrevieron a explorar ese género. Aunque él mismo dice en algunas entrevistas que el indie no va mucho más allá de ser música pop adornada con letras sugerentes y sonidos poco convencionales, para mí se trata de algo más que eso. El indie es variado, tan pronto te puedes encontrar con canciones serias de protesta o de denuncia social como con temas banales y jocosos con los que el compositor parece estar poco menos que tomándote el pelo.

Lo cierto es que escuchar indie exige algo más de atención y reflexión por parte del oyente que las canciones comercialoides con las que nos bombardean día a día el 90% de las radios. Y por eso me agrada más Iván Ferreiro que los Bisbales y Pablos Alboranes del mundo, con todos mis respetos hacia ellos. Y es que, además, yo siempre he tenido debilidad por aquellos cantantes de voz difícil, porque en ellos parece ser más importante lo que tienen que decir que el modo en que lo dicen. Y por esa razón uno es fan incondicional no sólo del señor Ferreiron, sino también de Tom Waits, Bob Dylan, Leonard Cohen y, en el aámbito nacional, Joaquín Sabina, por poner algunos ejemplos.

Vamos al grano. El disco del que quiero hablar hoy es el primero de Ferreiro en solitario, Canciones para el tiempo y la distancia, publicado en el año 2005. Este álbum contiene diez canciones compuestas a medias entre Iván y su hermano Amaro. Dicen que lo bueno, si es breve, es el doble de bueno, y en este caso podría aplicarse dicho principio. De apenas 36 minutos de duración, Canciones para el tiempo y la distancia es un álbum fresco que rompe con la línea puramente experimental que caracterizó el último período de los Piratas y en el que Iván canta con una naturalidad, un desparpajo e incluso, en algunos temas, una rabia que resultan sorprendentes.

La portada.

El primer tema es el homónimo del álbum. Un riff en el teclado abre el tema, con una melodía pegadiza y un ritmo que resulta bastante convencional, si dejamos aparte la ausencia de estribillo y la letra a veces ambigua.

Más interés tiene El viaje de Chihiro, un tema escrito por Iván e inspirado en la película de animación del mismo nombre que, por cierto, también es muy recomendable. El ritmo, más rápido, con paradas imprevistas y un rasgueo de guitarras disonantes en el fondo, sumados a la voz ronca del cantante animan un tema que, por otra parte, tiene una letra bastante reseñable. No obstante, mi versión preferida de esta canción no es la del disco de estudio, sino una acústica que os dejo a continuación (equivocación incluida en el minuto 1:24):


Como una escena del viaje de Chihiro
con el Sin Cara dentro del vagón,
tú lo dijiste un dia:"te quiero, pero no sé bien por qué..."
Y asi, llegamos al que es, sin lugar a dudas, el gran sencillo del álbum y el gran tema que lanzó a Iván Ferreiro a la fama como cantante en solitario, a pesar de que la letra fue escrita por su hermano Amaro. Se trata, por supuesto, de la inmensa Turnedo. En esta versión de estudio, solo la primera mitad de la canción tiene parte vocal, con una letra sobre una historia de amor pasado, sobre el enorme esfuerzo que trae consigo intentar olvidarse de alguien que supuso algo importante. De nuevo, la falta de estribillo le da a la canción un ritmo continuo, sin interrupciones.

La letra es sencilla y sugerente a partes iguales, y no podría señalar aquí un fragmento que sea mejor que el resto de la canción, pero podríamos quedarnos con esa parte en la que el protagonista de la historia se plantea dejarlo todo y volver:

Y la playa llora y llora,
y desde mi casa grito
que aunque pienso en abrazarte,
que aunque pienso en ir contigo
el doctor me recomienda
que no me quite mi abrigo
que no esté ya más contigo...

Y yo no puedo negarme,
pues el tipo soy yo mismo...
(...)

O ese otro pasaje rabioso en el que el sufrido personaje estalla y le echa en cara al destinatario de la canción su falta de valor:

Que no dejas que te quieran,
solo quieres que te abracen,
y publicas que no tuve
ni valor para quedarme.

Yo rompí todas tus fotos,

tú no dejas de llamarme.
¿Quién no tiene valor para marcharse?
¿Quién no tiene valor para marcharse?
¿Quién no tiene el valor para marcharse?
¿Quién prefiere quedarse y aguantar...?
¿Marcharse y aguantar...?
Para grabar el videoclip de la canción, los hermanos Ferreiro utilizaron instrumentos de juguete. Puedes verlo aquí.


Mrs. P es un tema tranquilo y ciertamente con menor repercusión en el contexto de este álbum debut de Iván en solitario. Comienza con un punteo de guitarra eléctrica al que se suma la voz; luego se anima un par de veces, pero en general es una canción más popera que las dos anteriores (lo cual tampoco es necesariamente malo).

Le sigue S.P.N.B., acrónimo de Son preciosos nuestros besos, un tema del que ya hablamos en la reseña de Confesiones, en el que Iván forma un trío muy bien avenido con su hermano y Rubén Pozo, uno de los integrantes del grupo español Pereza. La letra original de Amaro es, sin lugar a dudas, la más moñas de todo el álbum, pero eso no le resta interés. La canción cuenta la historia de una relación amorosa prohibida (una "sociedad secreta", así la describe el gallego), de forma similar a Canción de amor y muerte, aunque esta es posterior. El ritmo, con sus cambios tiene su punto de originalidad, y tampoco le faltan fragmentos emotivos y en cierto modo poéticos:
Para que la Luna llena
nunca choque contra el suelo
para que siempre podamos
conocidos, encontrarnos,
alargarnos la sonrisa,
sacudirnos la distancia
y poder burlar al tiempo...
En las versiones en directo, Iván hace un cambio a un compás 3/4 que recuerda a una ranchera (cuando se pone a tararear) para volver luego al compás original:


El siguiente tema, Estrella de la muerte, no es de mis preferidos del disco. Tiene una letra un tanto ambigua, compuesta a medias por los dos hermanos Ferreiro, que me recuerda bastante a los últimos temas de Los Piratas, pero sin la novedad y la frescura de aquellos. Eso sí, el ritmo de la batería es hipnótico en este tema.

Abrázame no es más que una modesta adaptación al pop-rock de la canción original de Julio Iglesias. Yo me quedo con la versión de Iván, por supuesto. El videoclip de esta canción fue grabado y montado íntegramente por los fans de Ferreiro. La verdad es que es bastante feo, y llega a marear bastante, pero menos da una piedra. Puedes verlo aquí.

Abrázame da paso a Espectáculo, que es otra de esas canciones que puede significar lo que tú quieras que signifique. Para mí, habla de la fascinación que alguien enamorado puede llegar a sentir por la persona que es objeto de ese sentimiento, y así parece quedar reflejado en el videoclip de la canción, en la que la protagonista va caminando por las calles de una ciudad en dirección contraria al resto, como si su atractivo fuese precisamente ése: el ir a contracorriente. Puedes verlo aquí.

La penúltima canción, Ciudadano A es, junto a Turnedo y S.P.N.B., mi preferida del disco. En primer lugar, porque es una demostración muy clara de cómo la música, sea del tipo que sea, puede ser utilizada para la reivindicación y la crítica, incluso de tipo político (me viene a la cabeza el famoso hombre blanco hablar con lengua de serpiente de Sabina). Y es que Ciudadano A va dedicada a nuestro expresidente José María Aznar, y no precisamente para deshacerse en halagos ("miserable" y "mediocre" son algunos de los adjetivos que emplean los hermanos Ferreiro para referirse a él). No por nada el disco se publicó en plena guerra de Irak, justo después de que Ansar lamentablemente apoyara a Estados Unidos, a pesar de la enorme oposición popular al conflicto armado.

Incluso los hermanos Ferreiro tienen palabras para doña Ana Botella:
Vi cómo una vez
cambiabas todo en el telediario;
vi a todos llorar,
es imposible contenerme ahora, no consigo...
Vi a tu mujer
cómo besaba a todos en Madrid en las calles,
y a ti en Berlín
vendiendo Europa a los americanos...
El resto de la letra no tiene desperdicio, aunque en ocasiones se desprecie la rima para decir lo que se quiere: No suelo pensar/que los demás me entienden ni un momento/y una vez que empiezo a hablar/mis vomitonas me convierten en un descarado..., o esa otra de: No suelo decir/lo repugnante que resulta veros en la tele/haciendo bailar/los numeritos en las tablas/vuestras putas casas son de verdad/y a mí me da que todo es de mentira...

Por otra parte, y dejando a un lado el tono rabioso de la letra y los cambios de grave a agudo en el registro de la voz, lo que más llama en esta canción es el ritmo 3/4 tan poco usual que le da un estilo curioso, casi sarcástico al tema.

Aquí tenemos a los hermanos Ferreiro cantando este tema en una concentración contra el bipartidismo:



Al igual que Ciudadano A, la letra de Mi furia paranoica, que es la canción que cierra Canciones para el tiempo y la distancia, fue escrita conjuntamente por Iván y Amaro. Al principio, no me gustaba demasiado, pero una vez le coges el truco, se convierte en un tema más que aceptable, con una letra sugerente (como siempre cuando hablamos de Iván Ferreiro) y sección de viento incluida hacia el final. No obsante, me agrada más la versión del disco de Confesiones, en directo.

Y poco más. Gracias como siempre por leer. Esta vez no os dejo el enlace, pero en Youtube están todas las canciones del disco y si queréis descargarlo no os resultará complicado. ¡Hasta la próxima!

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