lunes, 29 de octubre de 2012

Un disco sencillo

Después de haber escrito reseñas sobre discos de grandes compositores y bandas de rock como The Beatles, Bob Dylan, R.E.M. o Pink Floyd, es lícito preguntarse qué leches pinta en medio de todos ellos un grupo humilde y popero como Amaral.

La respuesta es sencilla: me gustan. Todos tenemos debilidades, y aunque actualmente paso el 99% de mi tiempo de ocio (que, pobre de mí, es cada vez más escaso) escuchando rock clásico y algo de indie español, a veces a uno lo que le apetece es escuchar algo facilón, rítmico y bailable. Que entre bien por los oídos, y que no contenga las profundas reflexiones sobre la vida y el tiempo de los Floyd, las letras confusas y surrealistas de Dylan o Radiohead, o los impactantes solos de guitarra de Dire Straits. A veces, aunque sean pocas, a uno le apetece escuchar canciones sencillas, fácilmente interpretables, que no requieran demasiado esfuerzo por parte del oyente.

Amaral es un grupo que reúne estas características. Y el último álbum que publicaron, Hacia lo salvaje (2011) constituye un buen ejemplo de esa sencillez a la que me refería. No encontraremos aquí letras excesivamente profundas, solos devastadores o instrumentaciones insólitas. Por el contrario, encontraremos doce canciones de fácil interpretación (sin caer en la simplonería que caracteriza al 99% del pop que se publica en nuestros días), pero, en cualquier caso, temas bonitos y que hasta invitan a la reflexión en ciertos casos. También encontraremos la característica voz de Eva Amaral, con todos esos matices y virguerías que pocas voces en el pop son capaces de dibujar, y que sin duda es el mejor instrumento con el que cuenta el grupo. Y, por último, encontraremos cierto ingenio y diversidad en el aspecto meramente musical, gracias a las aportaciones de Juan Aguirre (el otro miembro fijo del grupo, guitarrista y compositor). 

Todo empieza con la canción que le da nombre al álbum. Hacia lo salvaje tiene fuerza y gancho, con una batería prominente y el protagonismo de la voz de Eva, que será una constante en el resto de los temas. Todo ello hizo que la canción se convirtiera, además, en el primer sencillo. El videoclip sincroniza la letra del tema con la vida de una tortuga que acaba de ser arrastrada a la playa (una metáfora curiosa, vaya):


Sigue Antártida. A pesar de ser una de las canciones más celebradas del álbum, lo cierto es que a un servidor no le entusiasma demasiado, y eso que las guitarras eléctricas tienen su punto. Por el contrario, Si las calles pudieran hablar, con esa melodía facilona del estribillo y la historia que narra la letra, me encandiló desde el principio:

Ella es la chica del Barrio Alto, él del sur de la ciudad.
Aquella noche acabaron dormidos en un portal.
Cuando ella se pone de todo, él no la puede parar;
experta en hacerse daño, la vida le quema hasta matar.
No me digas que la conoces si nunca la has visto llorar.
Nunca te enseña los brazos, nunca la has visto temblar.

Era la chica del Barrio Alto, para ti siempre será 

el enigma de un árbol caído en completa soledad...

Esperando un resplandor tampoco es de mis preferidas del disco, aunque en el directo se disfruta bastante más. Este tema es más popero y, a mi juicio, tiene una letra mcho más convencional, acerca de una ruptura amorosa mal avenida y tal. Nada que ver con la que le sigue; Robin Hood es la canción que más me llegó de las doce que componen Hacia lo salvaje. Se trata de un tema acústico, íntimo, que narra la historia de una vida complicada, con ángeles y con demonios. Desde mi punto de vista, es el momento más emocionante del disco. Os la dejo en acústico:


A Riazor le cogí el gusto en escuchas sucesivas. Esta canción continúa el rollo intimista iniciado con Robin Hood, y su letra nos cuenta otra historia completamente distinta. De nuevo, habla sobre un alma solitaria:
Siempre fumando como una posesa,
buscando vida en otros planetas.
Obsesionada con ir más allá
para alcanzar la emoción perfecta.

¿Acaso solo yo me daba cuenta
de que en octubre llegaría lo peor?
Agosto de calor, septiembre de tormenta..

Y más adelante, la nota de suicidio:
Hoy vuelve a soplar ese viento del mar
que nubla la mente y la vista.
Prefiero saltar de una vez sin mirar
y quiero que tú me sigas.

La séptima pista nos conduce a Montaña rusa, un tema cuyo fragmento más reseñable es el que sigue:
La palma de tus manos leeré,
me dijo una muchacha de El Raval.
Pero hay cosas que no quiero saber:
que pase lo que tenga que pasar,
que a mí me da lo mismo.

Y llegamos a Olvido, una canción compuesta por Eva en memoria de su madre, enferma de Alzheimer. El tema es una enumeración interminable de recuerdos que se van esfumando progresivamente. Pero siempre hay algo que permanece...
Olvido a la madre que nunca he sido,
las vidas ajenas que no he vivido.
A veces recuerdo y a veces olvido
los años que cumplo, y entonces olvido, y olvido y olvido...

Y nada me impide que pueda olvidar

A todos los mitos que se me han caído.
Motivos me sobran para asesinar
a algunos fantasmas a golpes de olvido...

Pero tú eres lo último que veo,

antes de vencerme el sueño.
Siempre estas conmigo en una dimensión,
lejos del olvido.
..
De nuevo, en el directo adquiere una emoción que no tiene el disco.

Cuando suba la marea es el segundo single de Hacia lo salvaje, y la verdad es que el tema bien lo merece. Aquí se dejan entrever las raíces folk del grupo, y aunque la letra es algo más convencional que las de otras canciones del disco, lo cierto es que ello no lo hace desmerecer.

Os dejo el videoclip:



Nos vamos acercando al final con Como un martillo en la pared. Esta canción contiene una crítica nada encubierta a los que juzgan y condenan sin piedad, a los que hablan sin saber, a los envidiosos... Tampoco era de mis preferidas al principio, pero la letra está bien y mejora con las escuchas.
¿Quién nos ha llamado
a ser juez, jurado y verdugo?
¿Quién nos dio el poder para saber
que es trivial y que es profundo?

¿Cual es el motivo elevado
que mueve vuestros actos?
Sé que es imposible que la envidia
haya manchado tantas manos


Al igual que ocurría con el primer tema del disco, Hoy es el principio del final cuenta con una fuerza que no iguala ninguna de las demás canciones (salvo quizá, como hemos señalado, Hacia lo salvaje). En esta canción, Eva se desgañita para dejarnos una de sus mejores interpretaciones a nivel vocal. Las guitarras acompañan con firmeza a la voz, y la letra nos deja momentos ciertamente emotivos:
Pon la música tan fuerte que no pueda pensar 
que nada quedará como estaba.
Como si no hubiera un mañana que nos fuera a atrapar, 
hoy es el principio del final.
 

Yo te prometo que no voy a llorar, no...
Yo te prometo que no voy a llorar, no...
Hoy es el principio del final es el tercer sencillo oficial del disco, así que también hay videoclip, con una ambientación un tanto cosmopolita, como podréis comprobar:


A modo de bis, nos encontramos con Van como locos, la última pista del álbum. Al igual que Como un martillo en la pared, se trata de una canción de gran contenido crítico, o al menos eso me parece a mí. Oyendo esta canción, ¿quién no se imagina a Marrano Rajoy o a cualquier otro de nuestros "honrados" gobernantes repantignados en sus despachos, haciendo y deshaciendo a su antojo sin importarles lo que puedan pensar?


Y poco más. Deciros que el disco ha obtenido, en general, críticas muy positivas, que no solo es que lo diga yo: merece la pena escucharlo.

Por último, me gustaría recomendaros que veáis a estos buenos señores en directo, porque ganan bastante, y porque mola comprobar que la voz de Eva Amaral es tan buena (¡o mejor!) que en la grabación de estudio. Yo lo hice cuando se pasaron por Guadalajara en las fiestas de septiembre de este año, y fueron 5 euros muy bien invertidos (benditas subvenciones municipales). Claro, que para el resto de los conciertos contrataron a grandes artistas de la talla de Juan Magán. Las comparaciones siempre han sido odiosas. ¡Un saludo para todos!

4 comentarios:

Mr. Nobody dijo...

Vale, esto sí que no me lo esperaba xD De Amaral el único disco que he escuchado más de unas pocas veces es Estrella de mar, que en su momento me encantaba; retomé el interés cuando sacaron Gato negro, dragón rojo, pero fue escucharlo e írseme dicho interés. También concedí un par de escuchas a éste cuando salió, pero las únicas canciones que recuerdo medio bien son Hacia lo salvaje y especialmente Cuando suba la marea. El resto, meh.

De todas formas, ya sabes que yo de pop... Love of lesbian y ya. Y tengo pendiente ponerme con el señor Ferreiro, por cierto.

PD: He tenido que leer dos veces lo del marrano xD

Anónimo dijo...

Aceptamos Amaral como pop de compañía

MadVoyage dijo...

esto te hace merecedor de una tortura extrema xD

Mr. No One dijo...

Empecé la entrada casi disculpándome por ella xD Es cierto que Amaral no es un gran grupo, sobre todo si los comparamos con otros que han salido a la palestra por aquí, pero tampoco se puede decir que sean malos. Sus influencias son más diversas y ricas que las de la mayoría de los grupos pop convencionales.

Aparte de Hacia lo salvaje, tampoco he escuchado en profundidad la discografía de estos buenos señores (conozco los temas más representativos, cómo no), y no me disgustan.
Además, tienen un directo más que aceptable, así que, ¿por qué no escribir una entrada sobre ellos?

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