martes, 10 de julio de 2012

El Óscar de Matt Damon

Ben Affleck (izquierda) y Matt Damon (derecha),
guionistas y actores en El indomable Will Hunting
Es curioso que el único premio Óscar que la Academia le ha concedido a Matt Damon (1970-) en su larga y fructífera carrera como actor no haya sido por su actuación delante de las cámaras, sino detrás de las mismas. Y es que este galardón le fue entregado en el año 1997, cuando aún era relativamente poco conocido, y no fue por sus dotes interpretativas, sino más bien imaginativas: se lo dieron por ser, junto con Ben Affleck, el guionista de Good Will Hunting (El indomable Will Hunting, 1997), dirigida por uno de los mayores exponentes del cine independiente, Gus Van Sant. A esta película le quiero dedicar el espacio de hoy, después de dos meses y medio de sequía bloguera (es lo que tienen los exámenes; pedimos las disculpas correspondientes).

Ambos actores, Affleck y Damon, además de construir el guion formaron parte del reparto del filme, si bien el bueno de Ben juega un papel mucho más secundario. Los protagonistas indiscutibles son Matt Damon, que encarna a Will Hunting, un muchacho problemático en su conducta pero que cuenta con una inteligencia sobrehumana, y mi siempre admirado Robin Williams, quien da vida al doctor Sean Maguire, psicoterapeuta de Will. Ya habíamos visto a Williams en una película semejante, en la que también se aborda el tema principal de la relación establecida entre el médico y el paciente, y a la que dedicamos una reseña: Despertares (1990).

Robin Williams, en el papel del psicólogo Sean Maguire
Pues bien, de hecho el meollo de la peli se encuentra en la relación que se establece entre Will y Sean, en primer lugar basada en la desconfianza que los psicoterapeutas, hipnotizadores y demás matasanos suscitan en el primero (desconfianza basada, por otra parte, en el fracaso de su experiencia anterior con otros personajes de esa calaña), posteriormente en el escepticismo, y ya por último en la cordialidad y la amistad. El indomable Will Hunting narra sencillamente el proceso, lento y frustrante a veces, por el que Sean se gana la confianza de Will para influir sobre su conducta y sacarle el mayor partido posible a su enorme potencial. No obstante, para lograr que Will se abra a él, Sean deberá sincerarse primero, y tendrá que sacar de sí mismo todos los demonios que le atormentan desde hace años.

Una de mis escenas preferidas es la que se corresponde con el segundo encuentro entre ambos protagonistas. Precisamente aquí Sean desvela la historia de su mujer, y le da un ultimátum a Will.


La de Will y Sean no es la única relación interpersonal interesante que aparece en El indomable Will Hunting. En una de sus muchas noches de juerga, Will conoce a la joven Skylar, un papel interpretado por la actriz y cantante británica Minnie Driver. Will se enamora en seguida de ella, lo cual reprecute positivamente en su proceso de cambio, pero el temperamento autodestructivo e irracional del joven podría poner en peligro la relación.

También abundan las reflexiones sobre Historia y Política. Os propongo a continuación otra escena, en la que Will acude exhortado por su mentor, el profesor Lambeau (Stellan Skarsgård), a una entrevista de trabajo para entrar en los servicios de Inteligencia americana. No tiene pérdida, garantizado.



El resto del elenco lo componen actores secundarios como Casey Affleck, hermano menor de Ben Affleck (Morgan O'Mally), Cole Hauser (Billy McBride), John Mighton, George Pimpton, etcétera.

Este filme no está pensado para divagar largamente sobre él, sino para verlo y extraer conclusiones uno mismo. Entraría dentro del ranking de mis 10 pelis favoritas, así que me contento con que os guste la mitad que a mí. Reitero las disculpas por el enorme parón de más de dos meses, y os dejo el enlace aquí. ¡Hasta la próxima!

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