lunes, 9 de enero de 2012

Cuando el único túnel es el propio


El túnel, de Ernesto Sábato

Siguiendo con mi particular plan de fomento de la lectura, traigo un nuevo libro a este nuestro blog: es un libro finito, interesante y fácil de leer, lo que hace que en cualquier conversación sobre literatura acabe saliendo más tarde o más temprano; es un libro bastante famoso, y una de las cumbres, dicen, de la novela hispanoamericana del siglo pasado. Como excepción, hoy copiaré la sinopsis que aparece en la contraportada del libro.

SINOPSIS

El túnel (1948), del argentino Ernesto Sábato, es una de las grandes novelas sudamericanas de este siglo, cuyos ecos recogieron pronto en Europa Graham Greene y Camus. El relato, montado con los recursos de una novela policial, desarrolla un personaje que revela su psicología introspectiva e impone al lector un análisis de la desesperanza. El protagonista, Juan Pablo Castel, persigue inútilmente lo inalcanzable, que no es sino el regreso a la infancia, simbolizada en la ventana de un cuadro, motivo reiterado largamente en la narración.

En general, no suelen gustarme las sinopsis propuestas por las editoriales. Primero, por su amarillismo: las palabras 'obra maestra' o 'novela del siglo' se usan con mucha ligereza, y si además aparecen uno o dos nombres famosos, mejor. Además, intentan interpretar, más que plantear, la historia del libro que presentan. A veces con más acierto, otras con menos; por ejemplo, en este libro se menciona sólo una vez esa 'vuelta a la infancia' que pregona la sinopsis, y de ningún modo es lo que persigue el protagonista. Fail.

Vuelvo, que me voy. El autor de esta novelita es Ernesto Sábato, fallecido el año pasado. Tras de sí dejó sólo (¿sólo?) tres novelas y una larga serie de ensayos sobre la condición humana, la literatura y la política. Ganador del Premio Cervantes en 1984 y propuesto para el Nobel en tres ocasiones, se ve que su sombra es larga y a muchos toca; entre otros, a insignes escritores como Albert Camus (El extranjero, La peste).


Os adelanto que esta novela se inclina más por el aspecto humano más que por el político o social. El libro intriga desde el mismo título. El túnel. Rotundo, parco e inextricable. ¿A qué túnel se referirá? Como pista, os diré que la novela gira en torno a dos conceptos: la soledad y el pesimismo (y no la vuelta a la infancia, anda que...). Y es curioso, porque la historia nos cuenta el desarrollo de una relación amorosa, aunque bastante enrevesada y enfermiza. Poco tiene de romántica, vaya.

El protagonista, a través de cuyos ojos (y entendimiento) somos testigos de lo que ocurre en la historia, es Juan Pablo Castel, un pintor algo cínico, crítico y amargado. Aunque, en realidad, el rasgo que le caracteriza es éste: da muchísimas vueltas a las cosas. De hecho, la mayor parte de los párrafos son reflexiones de Juan Pablo, tanto de algún que otro aspecto de su vida, como cuando nos cuenta qué opina acerca de los críticos de arte o la vanidad; o sobre cada una de las acciones propias o ajenas que percibe. Es increíble cómo analiza cada palabra, cada silencio, cada titubeo de los otros personajes para intentar dilucidar sus intenciones o sus pensamientos. Esta tendencia se intensifica hasta el infinito con María.

Conoceremos a María a través de Juan Pablo Castel, y sólo a través de éste; así, sólo sabremos lo que éste sepa, y lo que desconozca quedará en sombra. Y María, al final de la historia, será un cúmulo de penumbras, tanto para el protagonista como para el lector. A lo largo del libro conoceremos las motivaciones de Juan Pablo para matar a María, pero en ningún momento sabremos si debemos condenar o no el crimen, ya que no sabemos si María es culpable o no; para ello, contaremos sólo con sus escasas palabras, sus calladas por respuesta y las extensas divagaciones de Juan Pablo, totalmente parciales.

Por esta total subjetividad del narrador, quien no nos relata la realidad sino lo que él percibe, se puede decir que es una novela psicológica. La narración se realiza en forma de racconto, o es una narración in extrema res (oigh, cuánto cultismo xD). Dicho en castellano, empieza en el final y va recordando la historia: un inmenso flashback. Así que no he descubierto nada cuando he dicho que Juan Pablo mata a María, no te preocupes.

El estilo es casi dialéctico; podemos imaginarnos perfectamente al protagonista sentado ante nosotros mientras relata su historia. El vocabulario es llano, haciendo del libro una lectura fácil, aunque como es normal están presentes varios vocablos propios del español argentino, como pueden ser "estancia" (finca), "hablar" (llamar por teléfono), etc. Ningún problema, y menos si tienes una edición comentada.

Vayamos a la trama. ¿Cómo una novela sobre una relación amorosa puede tratar sobre la soledad? Fácil. En un principio, Juan Pablo comienza a interesarse por María porque, en cierta exposición, es la única que repara en un detalle de uno de sus cuadros, una mujer asomada a una ventana y en actitud de espera (ésto de la espera SÍ es relevante, y no la cosa esa de la infancia). Esto hace que Juan Pablo, que parece vivir en una constante crisis existencial, piense que ella es la única persona capaz de comprenderle. Tras abordarla y conocerla de una forma bastante particular entablan una relación, a pesar de que María está casada con Allende, un hombre ciego. Entran entonces en juego las inseguridades de Juan Pablo, su absoluto pesimismo, y sobre todo su desconfianza en María.

Con todo esto os podréis hacer una idea del desarrollo de la historia. Ilusiones que no se cumplen, fantasmas por las esquinas, mucha incomprensión y mucha crueldad. Lo más interesante del libro no es tanto la historia, que está bien, sino el retrato que se hace del protagonista por el propio protagonista. Aunque el juicio que hace de sí mismo pueda ser sesgado y parcial, no es impermeable a la imagen que el lector pueda formarse de él; no es como en muchos otros libros, en los que los atributos de los personajes nos llegan bien definidos, sino que se los damos nosotros en función de sus acciones. Es decir, juzgamos. "Pero si esto pasa en muchísimos libros", dirás. Igual sí, pero es la sensación con la que yo me quedé tras cerrar el libro.

El personaje principal puede caer bien, o puede caer mal; supongo que en función de lo identificado que uno pueda sentirse con él. María es completamente ininteligible, es de esas mujeres cuya respuesta más habitual es el silencio o una respuesta críptica, y allá se las apañe uno para comprenderlas (póngase 'personas' en vez de 'mujeres' si se prefiere, pero yo me refiero al tópico literario de mujer enigmática). Esto es a la vez un punto a favor y un inconveniente, ya que nos obliga a interpretarla como lo haría Juan Pablo puesto que disponemos de los mismos datos que él, pero se echa de menos una cierta resolución final, una pequeña explicación de María y su mundo, o algo. Es lo malo del narrador protagonista, que en ocasiones es demasiado restrictivo.

El resto de personajes no tiene mucha relevancia: Allende, Hunter, Mimi o cualquiera de los criados apenas aparecen salvo para hacer avanzar la historia o añadir alguna digresión (Mimi hablará sobre novela rusa en una ocasión). Allende, sin embargo, es un personaje que cae simpático, tal vez por su inocencia y por esa escena final, dolorosamente dramática ("¡Insensato!").

Mención aparte merece el símil que establece el protagonista sobre las relaciones con otras personas: interpreta la vida como un caminar por un túnel, un túnel que en ocasiones conecta con los túneles de otros (soledad como estado natural). Esta tesis va evolucionando según su estado de ánimo, por lo que pasará por decir que en realidad no existe tal conexión, sino que un muro de vidrio separa los túneles, pudiendo ver pero no oír ni tocar (incomunicación); y finalmente llegará a la conclusión de que "en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida", mientras que los demás viven libres en el mundo exterior.


Resumiendo, en apenas 90 páginas tenemos un perfecto manual para retratar a un personaje y construir una historia con luces y sombras, con sus momentos de dicha, pero sobre todo con mucho sufrimiento. Una propuesta bastante interesante para leer en ratos muertos, ya que su estructura en capítulos cortos lo permite.

En Wikipedia
En Librofilia

Título original: El túnel.
Año: 1948. Páginas: 165 en la edición Letras Hispánicas de 2006 de Cátedra.

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