lunes, 6 de febrero de 2012

Una vuelta de tuerca al género vampírico


Hoy voy a reseñar una peliculilla, que hace tiempo que no hablo de ninguna. Va a ser una reseña de esas dobles, en la que además de comentar la película hablaré de la novela en que se basa. El título tanto del libro como de la película es Déjame entrar, cuya primera adaptación cinematográfica (tras la versión original sueca vino el inevitable remake norteamericano) hizo bastante ruido en internet tras su estreno en España: de repente, todo el mundo decía maravillas de esta película, así que no pude menos que echarle un vistazo. Y me encantó.

Maravillado como estaba por esta película (que pasé a recomendar a diestro y siniestro, con irregulares resultados, la verdad), en cuanto me enteré de que existía una novela de esta preciosa historia me lancé hacia ella, y quedé ciertamente desencantado (como ya me pasó con El club de lucha). En la película, como es natural, se omiten detalles que de una forma u otra quedan explicados en la novela, y existen numerosas subtramas y escenas que son totalmente ignoradas; tanto es así, que la intención del libro parece diferir en gran medida de la de la película: mientras que la película es una historia de amistad o amor bastante oscura, en la novela esta trama se diluye entre pasajes escabrosos, partes que no aportan nada salvo algo de morbo e historias paralelas que, por lo menos a mí, me resultaron bastante indiferentes. Pero vamos poco a poco.

Los protagonistas, Eli y Oskar
La historia nos presenta a un chico apocado, con bastantes problemas encima (acoso escolar, padres divorciados, entre otras cosas), Oskar (Kåre Hedebrant). Es un chico bastante peculiar: apenas se relaciona, y siente un profundo interés por los asesinatos y muertes en accidentes, hasta el punto de que colecciona recortes de prensa que relatan estos incidentes. Un día se muda a su mismo edificio una chica muy extraña, terriblemente pálida, insensible al frío y que además huele raro, como comprueba en su primer encuentro frente a su casa. Parafraseando a Casablanca, éste es el inicio de una gran amistad. Ahora, ¿qué consecuencias tendrá para ambos?

El autor de la novela es John Ajvide Lindqvist, autor sueco del que también se ha publicado por estos lares otro libro llamado Descansa en paz, en mi lista de lecturas desde hace tiempo. Si en Déjame entrar trata el tema vampírico, en Descansa en paz se introduce en el género zombie; podemos decir, por tanto, que le gusta la temática paranormal. Sin embargo, en ambas da una vuelta de tuerca a los tópicos del género, presentando, por ejemplo, el vampirismo como una enfermedad, una especie de cáncer con una cierta voluntad propia al que el sujeto huésped (el vampiro) debe someterse.
El director de la película, Tomas Alfredson, contó con el escritor para adaptar la novela a un guión cinematográfico, por petición expresa de Lindqvist. Pienso que el autor pretendía pulir un poco la novela, limar algunas asperezas que quizá aparecieron por su deseo de presentar algo impactante, ya que era su novela debut. El resultado, en mi opinión, está más depurado y es mucho más sugerente y atractivo que el original.

En la película se desarrollan tres historias paralelas que en cierto momento se van entrelazando, cada una protagonizada por Oskar, Eli (la chica) y Lacke, un borracho del barrio, respectivamente. Con respecto a Oskar, se nos ofrecen algunos atisbos de su vida diaria, con una madre sobreprotectora y unos compañeros de clase un tanto cabrones. La trama de Lacke no tiene demasiado peso en la película, salvo en un par de momentos; en el libro, en cambio se desarrolla un poco más, y sirve de marco para hacer una crítica al estilo de vida moderno, metaforizado con la arquitectura de la zona: fría, cuadriculada, eficaz. En el libro hay más tramas, como la de un personaje llamado Tommy, el único amigo de Oskar, que no aparece en la película; y un mayor desarrollo de los personajes de Håkan y Virginia.

Pero el plato fuerte es la trama y el personaje mismo de Eli. En él se retoma lo mejor de la tradición vampírica de Anne Rice, que nos presenta a los vampiros como seres más dramáticos que terroríficos, atrapados en la eternidad y atados a unas necesidades bastante cuestionables, como la de chupar sangre para alimentarse. El punto innovador que introduce Lindqvist es que el vampiro es físicamente un niño, pero en su mente carga con una edad que no se corresponde con su aspecto. Lina Leandersson, la actriz que encarna a Eli en la película, hace un gran papel en todo momento, aportando al personaje gestos y sutilezas que hacen que uno vea realmente a un ser atrapado en su soledad, sufriendo la maldición del inmortal, y, lo que es aún mejor, con una increíble resignación a su condición. Algunas de sus miradas a Oskar dan auténticos escalofríos viniendo de alguien con su aspecto: miradas llenas de tristeza, paciencia y cierta condescendencia, pues piensa que él no comprende el dolor de su existencia. Especialmente reseñable es la escena en que, tras descubrir Oskar su condición de vampira (que no vampiresa, ojo) y echarle en cara su modo de vida, ella le espeta duramente que no puede evitar ser lo que es.
:3
Como dije al principio de la reseña, la película omite muchas cosas reflejadas en el libro. Esto es una espada de doble filo, porque al mismo tiempo que deja muchas más cosas a la libre interpretación del espectador, hay otras que no se aclaran lo suficiente, o que permitirían un poco más de explicación. Voy a dar algún que otro detalle de la trama, así que si no has visto la película sáltate el fragmento en gris.

Cuando uno termina de ver la película empieza de inmediato a preguntarse cosas. ¿Cuál es el origen de Eli? ¿Cuál es su relación con Håkan? ¿Por qué esa escena tan extraña cuando, en la visita de Oskar al padre, un amigo de éste último pasa a verle? ¿Por qué Håkan es tan peculiar? ¿Hay algo detrás de las numerosas frases crípticas, como cuando Eli afirma no ser una niña? Todas estas preguntas quedan respondidas en el libro, por lo que en ese sentido sí que es recomendable su lectura. Pero todo esto son detalles que apenas afectan a la trama. Saber que Eli es en realidad Elias, un chico castrado (como se insinúa en una escena de la película, aunque en ese momento yo lo interpreté como que los vampiros no podían procrear o algo así) de más de doscientos años de edad, que Håkan es un pedófilo o que el padre de Oskar es alcohólico, y no homosexual como puede pensarse al ver esa escena que mencioné antes, no afecta demasiado a la comprensión de la historia.


Sin embargo, hay un tema que resulta capital, y es la relación de Håkan con Eli. Una de las hipótesis que uno enseguida baraja es que Eli se dedica a atraer a personas mortales que hagan por ella el trabajo sucio y le provean de alimento y medios, siendo Håkan el más reciente, y Oskar su probable sustituto. Esto daría un trasfondo mezquino a la vampira que no es del todo desagradable, ya que aunque esta actitud sería contradictoria con respecto a muchos detalles de la película, convertiría al pequeño súcubo en una astuta y genial estafadora. En el libro se descubre que no es así, así que podéis ver la película con buenos ojos, que el personaje de Eli es fundamentalmente bondadoso (dejando aparte que descerraja yugulares para alimentarse, claro).

Antes dije que hay elementos del libro que no me gustaron, o que me pareció que sobraban. En primer lugar, Oskar me gusta mucho más en la película que en el libro: mientras que en la primera es un personaje trágico, en el otro es patético, rencoroso, violento y algo repugnante (lo de la bola del pis me pareció sencillamente horroroso). El personaje de Håkan sufre una transformación similar: en la película se puede confundir con amor o devoción lo que en realidad es una atracción sexual y pedofílica por Eli. Especialmente terrible es la escena en que se describe cómo contrata los servicios de un joven al que le faltan los dientes delanteros para mejor felar. Por otra parte, su "resurrección" como vampiro en el libro es bastante aburrida, y no la habría echado de menos si faltara. Y la eliminación de Tommy en la versión cinematográfica no me molesta nada, la verdad.

Creo que con lo dicho hasta ahora he dejado bastante claro que considero a la película bastante buena, si bien alguna vez la he recomendado y no gustó, porque, he de reconocerlo, es algo lenta. Pero, ¿qué pasa con el libro? Pues... Ni lo recomiendo, ni dejo de recomendarlo. Está bastante bien como complemento a la película, y si te gusta el tema vampírico/zombie (algo tiene de eso, sí) y cosas que tengan que ver con el gore y lo grotesco, probablemente te guste. La novela es larga, pero está bien escrita y se lee rápido. Por otra parte, si lo que más te gustó de la película es la historia de amor, no la encontrarás, al menos no tan evidente, en las páginas del libro. A tu criterio queda.
Mención aparte merece la banda sonora, que aunque en líneas generales simplemente cumple, hay algunos temas que son obras maestras, como el tema principal de la película o esa pieza de guitarra española que es The Father y que yo no me canso de escuchar. Mis respetos para el señor Johan Söderqvist, el compositor. Y tampoco quiero terminar sin decir: ¡qué pedazo de escena, la de la piscina, casi al final de la película! Ahí lo dejo.

Un hecho curioso es que, aquí en España, se dio mucho más bombo a su salida en DVD que a su estreno en cines, lo que quizá fue provocado por la gran repercusión que tuvo en la red. Para que luego desprecien el valor de internet como herramienta de promoción.

Sobre el remake yanqui no diré nada, pues no lo he visto, pero tengo entendido que se centra más en el factor terrorífico, sangriento y efectista (motivo por el cual igual me animo a verla), es decir, más plano. Si queréis un drama con un punto distinto, ved Déjame entrar, y después contadnos la experiencia. ¡Un saludo!

2 comentarios:

Mr. No One dijo...

Pues fíjese usté que a mí, la peli, no me causó un gran revuelo. No estuvo mal cuando la vi, no me malinterpretes, pero tampoco se cuenta entre mis favoritas. Y si tampoco me recomiendas el libro...

La verdad es que, de vampiros, solo me gusta "Dracula de Bram Stoker" (F. F. Coppola). Tampoco me entusiasmó demasiado "Entrevista con el vampiro". Dentro de eso, al menos a esta y a la de la reseña se las puede considerar películas, no como los pseudofilmes vampíricos que tanto venden últimamente (por desgracia).

Por cierto, préstale atención a la última de Clint Eastwood ("J. Edgar", se llama. Es histórica, la tengo a medias, pero pinta bastante bien).

Mr. Nobody dijo...

Por mi parte, sería la época, pero me cautivó la ternura que desprende la película en general, a pesar de los asesinatos y las gargantas desgarradas. Probablemente si la viera ahora no me gustaría tanto. El libro, como digo, puede interesar, pero hubo bastantes detalles que a mí no me gustaron.

De "Entrevista con el vampiro" leí el libro, que oscilaba bruscamente entre lo tremendamente atractivo y lo aburrido, estúpido y repelente. Recomendable, de todas formas. Por lo demás, ni siquiera he leído el "Drácula" de Stoker, la temática vampírica tampoco me mata.

"J. Edgar" la tengo pendiente, igual que todas las posteriores a "Million Dollar Baby", excepto "Gran Torino".

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