domingo, 22 de enero de 2012

Una de médicos

Cuando, hace un año, proyectaron en la Facultad de Medicina la película El doctor (1991), por la propuesta de una de las profesoras que impartían Bases Psicológicas de los Estados de Salud y Enfermedad, una de mis asignaturas más históricamente odiadas (menos mal que pese al largo nombre no dejó de ser una maría), me volví escéptico con respecto a las películas de temática médica (no me ocurrió lo mismo con las series, House sigue siendo la única de la que me confieso fiel y adicto). Y es que en aquella ocasión el filme me defraudó bastante. El doctor es un melodrama más bien barato, sin demasiado contenido pero con una intención moralizante un poco irritante a ratos, que sólo se ve salvada por la interpretación de William Hurt en el papel protagonista.

La película de la que voy a hablaros hoy, y que vi hace tan solo un par de días, trata el mismo tema que la anterior, es decir, la práctica de la Medicina clínica y más concretamente, la relación médico-paciente, pero con un enfoque mucho más acertado, como siempre desde mi humilde punto de vista. También es cierto que desde que vi El indomable Will Hunting (1997) me convertí en un fan incondicional de Robin Williams (el protagonista de la peli que hoy nos ocupa) y de Gus Van Sant, su director.

viernes, 20 de enero de 2012

Otra vez Dylan

Bob Dylan es uno de esos grandes capaces de reinventarse a sí mismos cuando las circunstancias se lo exigen. Hasta tres veces llegó Dylan a resucitar de sus cenizas desde que empezó su inigualable carrera a finales de los cincuenta.

La primera vez fue en 1975, cuando ya nadie daba un duro por él, cuando todos pensaban que ya había dicho todo cuanto podía decir y que iba a convertirse en uno de esos artistas que viven de las rentas y que solo venden para sus fans más acérrimos. Pero ¡zas!, llegó él y publicó Blood on the tracks, un disco con algunas de las mejores canciones de amor que he escuchado nunca. Pero no es de este discazo del que vamos a hablar hoy.

La segunda resurrección de Dylan ocurrió a finales de los ochenta, concretamente en 1989 con la publicación de Oh Mercy. Es un disco duro, con un estilo no demasiado diferente al de otros álbumes de los ochenta, pero que muestra un Dylan rockero hasta la médula y con muchas cosas que decir. Con un estilo crítico, este álbum de Bob es uno de los más completos del músico. Pero tampoco vamos a hablar de Oh Mercy.

Igual que le pasa a Fito, en este blog nos gusta empezar la casa por el tejado, y por ese motivo hoy reseñaré el disco que constituyó la tercera (y por el momento, última) resurrección de nuestro amigo Bob: Time out of mind, publicado en 1997.  Este disco, al igual que el mencionado Oh Mercy fue producido por Daniel Lanois, quien acompañó a otros grandes músicos en la producción de grandes álbumes (algunos de U2, Brian Eno, Emmylou Harris o el reciente Le noise, de Neil Young, se encuentran entre ellos). Para la grabación, Lanois distribuyó numerosos micrófonos colocados estratégicamente en diferentes lugares del estudio, consiguiendo así el efecto distorsionado que podemos escuchar en la mayor parte del disco. Para la casi totalidad de la crítica, y para el público en general, fue un cambio positivo en el estilo de Dylan, pero el músico no se mostró conforme con el resultado y a partir de ese momento autoprodujo todos los discos que sucedieron al Time out of mind.

martes, 17 de enero de 2012

Un Polanski salvaje

Al fin, tras la temible época de exámenes (o, por mejor decir, de examen, aunque este valiese por quince), vuelvo a poder publicar algo. La verdad es que ya había ganas.

Siento mucho haber estado desaparecido (las disculpas van dirigidas sobre todo a mi amigo Mr. Nobody, a quien le he encasquetado el marrón de publicar en solitario durante casi la totalidad del mes pasado).

Ahí va, espero que os guste.

La última cinta del francés Roman Polanski se llama Un dios salvaje, y aunque quizá la denominación "obra maestra" le viene algo grande, sobre todo si tenemos en cuenta otros títulos del aclamado cineasta -véanse Chinatown (1974) o El pianista (2001)-, lo cierto es que queda lejos de ser una fuente de entretenimiento pasivo para el espectador. Vamos, que la peli "tiene chicha".


Un dios salvaje no es para nada una película al estilo convencional. Para empezar, el guion está basado íntegramente en una obra de teatro de la genial dramaturga judía Yasmina Reza, Le dieu du carnage (2007). Esta buena mujer fue galardonada en el año 2000 con el Gran Premio del Teatro que concede la Academia francesa, por el conjunto de su carrera dedicada a esta noble disciplina artística que un servidor tanto admira. De ella recomiendo fervientemente la lectura de Arte, una obra que se representa con gran asiduidad en España (en Madrid ha llegado a estar en los carteles de hasta tres teatros diferentes de forma simultánea, ahí es nada), sin duda debido al original tratamiento del tema principal, que es la difusa delimitación que existe entre el arte moderno y el engaño.

jueves, 12 de enero de 2012

Recuerdos escasos de un libro que sabe a poco


Recuerdos de un callejón sin salida, de Banana Yoshimoto

La conclusión en el título, para ahorrar tiempo. Efectivamente, esta obra de Banana Yoshimoto (una relación amorosa con esta mujer debe de ser homérica: "Mmm, Banana") no me ha gustado demasiado. No sé si será porque no suelo leer libros de relatos (es difícil hacer un buen relato, y los que no lo son me repelen, o peor, me aburren), o que todos los relatos que contiene este libro en particular tratan de lo mismo, o tienen demasiados elementos en común. Una cosa es que tengan una temática similar, y otra que sea el mismo contenido con distinta forma u orden.

lunes, 9 de enero de 2012

Cuando el único túnel es el propio


El túnel, de Ernesto Sábato

Siguiendo con mi particular plan de fomento de la lectura, traigo un nuevo libro a este nuestro blog: es un libro finito, interesante y fácil de leer, lo que hace que en cualquier conversación sobre literatura acabe saliendo más tarde o más temprano; es un libro bastante famoso, y una de las cumbres, dicen, de la novela hispanoamericana del siglo pasado. Como excepción, hoy copiaré la sinopsis que aparece en la contraportada del libro.

SINOPSIS

El túnel (1948), del argentino Ernesto Sábato, es una de las grandes novelas sudamericanas de este siglo, cuyos ecos recogieron pronto en Europa Graham Greene y Camus. El relato, montado con los recursos de una novela policial, desarrolla un personaje que revela su psicología introspectiva e impone al lector un análisis de la desesperanza. El protagonista, Juan Pablo Castel, persigue inútilmente lo inalcanzable, que no es sino el regreso a la infancia, simbolizada en la ventana de un cuadro, motivo reiterado largamente en la narración.

viernes, 6 de enero de 2012

OK, sois unos genios


Finalmente, aquí tenéis la última entrada de la Semana (de unas dos semanas de duración) Radiohead, que se cierra con un inmejorable acto final: la reseña del disco OK Computer (1997). Además, no es una reseña cualquiera, ya que está hecha mano a mano por los dos autores de este blog. Para que nuestros respectivos fans sepan cuándo chillar, nuestras intervenciones estarán diferenciadas por colores: el azul para Mr. No One, y el verde para Mr. Nobody. Lo indiferenciado, en negro.

martes, 3 de enero de 2012

Bye, bye, baby


Sayonara, Mio, de Takuji Ichikawa

¿Cómo puede ser que la etiqueta Literatura esté tan escuálida? Tengo que ponerme las pilas. Poco a poco iré reseñando mis últimas lecturas, que ya vendrán los tiempos de poquito tiempo y tendré que tirar de archivo. Empiezo con el libro cuya portada podéis ver a la izquierda. Literatura contemporánea japonesa, rico, rico.

SINOPSIS

Un año después de la muerte de su mujer, Takkun aún no se hace a la idea de su ausencia, y siente cómo la carga que sobrelleva se le vuelve cada vez más pesada; esta carga no es otra que cuidar a su hijo de seis años, Yuji. Aquejado por extrañas dolencias, causadas al parecer por un exceso de ciertas sustancias químicas en su organismo, se ve incapaz de proporcionarle una vida corriente y feliz en vez de la que llevan, en la que predominan la ropa sucia y la comida precocinada. Hasta que un día, durante el paseo de los domingos, se encuentran con una mujer que se parece de una manera alarmante a Mio, si bien no es exactamente igual. Entonces recuerda una promesa que ella le hizo, poco antes de morir...