domingo, 5 de agosto de 2012

El opus magnum de los Floyd



Puede que mis colegas Mr. Nobody y Álvaro E. estén en desacuerdo conmigo. Ellos siempre han sido más de The wall. Pero, para un humilde servidor, el gran álbum de los Pink Floyd es y será The dark side of the moon, publicado en 1973 si la memoria no me falla. Ostenta el honor de ser el segundo álbum de rock más vendido en la historia, con más de 40 millones de copias vendidas, por detrás de Thriller. De hecho, se estima que debe de haber aproximadamente una copia (legal, entendemos) del Dark side en cada hogar inglés.

Pero, ¿qué es lo que hace que un disco pueda tener un éxito tan abrumador?

Con The dark side of the moon, los Pink Floyd consiguieron eso que todos los grupos de música persiguen pero que pocos logran: conciliar experimentación, atrevimiento y originalidad con una salida comercial del producto viable. Y para ello, no descuidaron nada: desde la brillante producción y la calidad de las tomas de sonido hasta el marketing (¿quién no conoce la famosísima portada?), todo en The dark side of the moon está estudiado y pulido hasta el extremo.

Vaya pintas se gastaba Waters (el segundo por la derecha) en 1973...

Por otra parte, debo decir que mi fanatismo incondicional hacia este álbum también se debe en gran parte a que fue uno de los primeros álbumes de rock progresivo que escuché en mi vida de principio a fin (y de esto hace ya más de tres años), y uno de los que más música me hizo descubrir después. Nunca olvidaré del momento en el que escuché el Dark side por primera vez. Era un día de principios de verano, y no tenía gran cosa que hacer. Escéptico, me descargué ese disco, del que todos decían maravillas, lo grabé en un cedé virgen y lo puse a rular en la minicadena. Los sonidos que componen la primera pista, Speak to me, invadieron la habitación lentamente una vez qe pulsé el play, creando una atmósfera de tensión creciente. Recuerdo que me pareció una forma curiosa de empezar un disco. Lejos de aumentar mi escepticismo hacia el álbum, las citas desconcertantes en inglés hablado (que no logré desentrañar completamente entonces) y los sonidos de máquinas registradoras, incrementaron mi curiosidad e hicieron que me tirase en la cama para disfrutar de aquella música en todo su esplendor. Por cierto, Speak to me, de apenas minuto y medio de duración, se separó de su sucesora Breathe únicamente porque al señor Mason le hacía ilu contar con una canción acreditada (la de cosas que aprende uno en Wikipedia, oiga).
Grabando On the run


Con una clara influencia del jazz, Breathe es la primera canción propiamente dicha del álbum, y de ella me sorprendió el perfecto equilibrio que había entre los instrumientos eléctricos (guitarras y teclados), rítmicos (la batería) y electrónicos (los sintetizadores), y por supuesto la voz de Gilmour dominando sobre todos ellos y hablando de forma vaga sobre el compromiso, la responsabilidad y el abandono.

Tras On the run, sin duda la pista más experimental del Dark side, y en la que Waters introduce por primera vez los característicos sonidos de aviones como parte integrante del desarrollo de la canción, llega Time, la primera gran canción del disco (si es que se puede hablar de "grandes canciones" en un disco tan enorme como este del que hablamos hoy). Tras una larga introducción instrumental a cargo de los teclados, los sintetizadores y la percusión, la voz de Gilmour irrumpe para darnos una lección magistral acerca del paso del tiempo y la desesperación que conlleva envejecer sin haber cumplido uno alguno de sus sueños:

The sun is the same in a relative way but you're older,
Shorter of breath and one day closer to death.


Every year is getting shorter never seem to find the time.
Plans that either come to naught or half a page of scribbled lines
Hanging on in quiet desperation is the English way
The time is gone, the song is over,
Thought I'd something more to say.
(El sol es el mismo, de un modo relativo, pero tú eres más viejo.
Te cuesta más respirar, y estás un día más cerca de la muerte.

Cada año se hace más corto, y nunca pareces encontrar el tiempo.
Planes que nunca se realizan, una página de líneas garabateadas.
Soportarlo en una desesperación muda es la forma "a la inglesa".
El tiempo se va, la canción se acaba,
pensé que tendría algo más que decir.)


El solo de guitarra que incluye Time pone los pelos de punta, y no por nada suele incluirse en casi todas las listas de los mejores solos de la historia.

Después de Time, y de la repetición del tema de Breathe con una letra distinta (impresionante la suavidad con la que se unen ambos temas) viene una de las canciones más caraterísticas del Dark side y de toda la carrera de los Floyd. Se trata de The great gig in the sky, una canción sin letra, en la que el único elemento vocal lo constituye el grito desgarrador de una voz femenina: la de Clare Torry; quien, por cierto, se metió en pleitos con los Pink Floyd por una cuestión de los derechos sobre la canción. Y es que este gran grito en el cielo no es sino una interpretación libre e improvisada de miss Torry. Se dice que los Floyd le sugirieron que "pensara en la muerte y cantara lo que le saliera". Tras la grabación, Torry se mostró insatisfecha con el resultado, pero los miembros de la banda quedaron maravillados con la interpretación. No es de extrañar: a pesar de su rareza, es una canción cautivadora e increíblemente bella. Lo dice uno que barre para casa: esta canción me fascina excepcionalmente, sobre todo por el protagonismo que tiene el teclado en ella (Richard -Rick- Wright, el teclista, fallecido no hace mucho, es el compositor principal de este tema).

Rick Wright y Clare Torry, intérpretes principales de The great gig in the sky


La otra gran canción (y sencillo) del Dark side es Money. Imposible no reconocer el inicio de la canción, en el que a los Floyd se les ocurrió la genialidad de emplear máquinas registradoras para marcar el compás, en lugar de instrumentos de percusión más convencionales. También es característico el impresionante solo de guitarra que se desarrolla en la mitad de la pista. La letra, por otra parte, tiene su importancia en Money. Pero lo que a mi juicio resulta más sorprendente en este tema es la inusitada alternancia de compases 7/4 y 4/4 a lo largo de la canción, que le otorga un fuerte dinamismo (solo he encontrado otro ejemplo de compás "raro" en un tema rock; se trata de la primera mitad de 2+2=5, de Radiohead, escrita en 7/8, pero publicada treinta años después del Dark side. Por poner otro ejemplo, I hung my head, de Sting, emplea también un ritmo sincopado extraño para un tema rock, pero en este caso el compás no es irregular).

Los Pink Floyd al completo, reunidos por primera y
última vez en 2005 tras su separación, con motivo del Live8.
Uno de los temas que interpretaron fue Money.


Us and them, también de fuerte influencia jazzística, es el tema que sigue a Money. Y tras ella, surge la instrumental Any colour you like, de nuevo característica por el masivo uso de sintetizadores en su ejecución.

Los dos últimos temas de The dark side of the moon son los dos únicos en los que la voz de Roger Waters (bajista y líder indiscutible de la banda tras la marcha de Syd Barrett) destaca como la principal. Brain damage parece una clara referencia al precario estado de salud de Barrett, que ocasionó su exilio voluntario del grupo:
The lunatic is on the grass.
The lunatic is on the grass.
Remembering games and daisy chains and laughs.
Got to keep the loonies on the path.

Además, es el tema que da título al álbum:
And if the cloud bursts, thunder in your ear
You shout and no one seems to hear.
And if the band you're in starts playing different tunes
I'll see you on the dark side of the moon. 

La cosa acaba con Eclipse, que en un principio iba a ser el título del álbum. La canción es una enumeración interminable, pero lo que más sorprende en ella es la frase final, no cantada, sino recitada (el uso de frases grabadas en los interludios de las canciones es una de las características más representativas del Dark side), que dice, muy bajito:
There is no dark side of the moon really. Matter of fact it's all dark.
(En realidad, no hay un lado oscuro en la luna. Lo cierto es que toda ella es oscura).

Podéis disfrutar del disco completo en Youtube, aquí.

2 comentarios:

Álvaro E. dijo...

Le voy a decir una cosa a usted, Mr No One...

Cuando me conociste, la idea que tenía de Pink Floyd no hacía justicia a lo que fueron. Sólo pensaba en sus temazos, en escucharlos hasta la saciedad, hasta que reventaran los auriculares. Sabía que fueron muy buenos, pero ahora sé (hace ya tiempo sé) que fueron mucho más que eso. Y lo seguirán siendo.

Cuando uno escucha Pink Floyd, al principio puede resultarle un tanto abrumador. Incluso puede pasar miedo con algunas canciones. Doy fe de ello.

Con el tiempo, aprendí a escucharles de otra manera. Pongamos el ejemplo de The great gig in the sky, los teclados de Richard Wright. O el mítico bajo de Roger Waters en Money. Todos esos detalles son los que hacen que una canción perdure con los años. Que te entre por un oído pero no te salga por el otro.

Ahora bien, como decía, cuando me conociste no tenía la misma idea que ahora: por entonces no tenía ni un solo álbum del grupo, sólo me limitaba a descargar las grandes canciones que a todos los fans nos vuelve locos escuchar. Además, fui a ver al maestro Waters en su concierto de The Wall sin siquiera haber escuchado el disco entero (mal hecho, pero aún así disfruté más que en ningún otro concierto). Lo que quiero decir es que no les conocía por sus discos, sino por sus mejores canciones. Quizá por eso digas que soy más de The Wall (cada vez que lo escucho se me viene a la cabeza todo aquello que pasó en el concierto). Pero también te digo que, desde que me compré el Dark Side... bueno, no tienes más que ver mi twitter. No sabría por cuál decidirme ;)

Sin duda, son los dos grandes tesoros musicales de mi estantería, entre otros de Queen, Dire Straits, Celtas Cortos y otros muchos, pero esos ya son otra historia.

Gracias por esta gran entrada, y un abrazo.

Diego dijo...

Gran entrada sobre mi segundo disco favorito de Pink Floyd, una obra extraordinaria y sí, con unas ventas que todavía hoy no puedo entender sabiendo que no son un grupo para todo el mundo como The Beatles, Led Zeppelin, entre otros.
Otro compás de batería muy poco utilizado es el 9/8 en la parte Apocalypsis de
Supper`s Ready de Genesis de su gran obra Foxtrot de 1972 (Cuando el genial Peter Gabriel estaba en el grupo). A propósito faltan entradas de Genesis (reseñar por ejemplo Foxtrot, Selling England by the Pound y The Lamb lies down on Broadway), Yes (Fragile, Close to the Edge y Tales form topographic oceans), otros discos de Jehtro Tull y Camel, los geniales King Crimson, etc. No veo nada de Deep Purple, es infaltable esta banda, realmente brillante en sus distintas etapas. Saludos!!!!

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