lunes, 12 de marzo de 2012

Como un Dylan que rueda

Un año antes de publicar Blonde on blonde (1966), disco del que ya habíamos dicho algo en este blog, el maestro Dylan había sacado a la luz Highway 61 revisited (1965), dentro de su época sesentera más fértil, y a este último álbum es al que vamos a dedicar la reseña de hoy.

Para muchos, el Highway es el mejor disco de Dylan, y uno de los más grandes de la historia del rock, sin nada que envidiar al todopoderoso Sgt. Peeper's Lonely Hearts Club Band (1967) del cuarteto de Liverpool, por poner solo un ejemplo. El que escribe es uno de los que opina que Highway 61 revisited es el álbum que marcó el inicio de la adultez del rock, quedando esta consolidada en el ya mencionado Blonde on blonde y en las aportaciones que otros grandes grupos hicieron tomando como base esta nueva concepción del rock que inició míster Dylan.

Vaya look se gastaba Dylan en los sesenta...
Highway 61 es el primer álbum completamente eléctrico del cantautor de Minnesota (unos pocos meses antes había sacado Bringin' it all back home, que también tiene miga y le dedicaremos en el futuro alguna reseña, pero en este solo la mitad de las canciones tenían acompañamiento de banda eléctrica). En él, encontramos a un Dylan atrevido, sin complejos, que no duda a la hora de sacar las uñas contra el pasado y contra sus detractores. La droga estuvo presente en la vida de Bob desde que compuso su primer álbum, Bob Dylan (1961), pero fue en Bringing it all back home, y muy especialmente en el álbum que hoy toca cuando esto se hizo más patente en la música y aún más en las letras.


Imágenes surrealistas, frases sacadas de canciones del folk más arraigado y puro, pero acompañadas de un sonido rockero casi futurista para la época, que estaba dominada por el blues, totalmente consolidado, y una psicodelia incipiente (el rock progresivo llegaría varios años más tarde) son los ingredientes que componen Highway 61 revisited. No es de extrañar que los fans más acérrimos de Dylan, que veían en él al mesías que iba a resucitar el folk, se rasgaran las vestiduras al ver corroborado el giro de 360 grados que había empezado a sufrir trayectoria del músico desde la publicación de Bringing it all back home.

¡Tocad jodidamente fuerte!
Pero Dylan, cuya actitud sin duda vendió siempre más que su voz, jamás se dejó intimidar por los insultos e incluso las amenazas de muerte que se profirieron en su contra ("no me importa que quieran matarme, lo que me importa es que me avisen", diría él minutos antes del soberbio concierto que ofreció en el Royal Albert Hall en 1966, tras recibir la noticia de que un anónimo había amenazado a través de una cabina telefónica con disparar contra él). Toda esta gente, bastante cerrada de mente por otra parte, debía de pensar que el rock era un género pasajero, que la verdadera esencia de la música se encontraba en el folk. Pero, como el mismo Dylan dijo, "yo nunca he dejado de hacer folk". La mezcla de folk y rock que llevó a cabo Dylan, y que luego continuaron otras grandes bandas fue una verdadera y necesaria renovación del género, gracias a la cual hoy en día se sigue manteniendo vivo. De modo que no es poco lo que los amantes de la música folk, incluso los más puristas, tienen que agradecerle a nuestro amigo Bob.

Antes de pasar a comentar las canciones una a una, permitidme recomendaros otro álbum del cantautor, que recoge el ya mencionado concierto en el Royal Albert Hall, y del que también hablaremos con más detalle más adelante en otra reseña. Se trata de The bootleg series, Vol. 4: Bob Dylan live, 1966: The Royal Albert Hall Concert. Este doble cedé contiene los temas más reseñables de la mejor etapa de Dylan, así como el famoso momento en el que el músico se encara con un espectador que lo increpa, llamándole "Judas". El resumen de toda una actitud, vaya.


Nada más darle al play suena la que muchos consideran la mejor canción de la historia del rock, Like a rolling stone. No sé si será la mejor o no, pero desde luego una de las más versionadas sí que es (los propios Rolling Stones, aprovechando el título de la canción, hicieron una versión en los 90. Mi favorita, obviamente, sigue siendo la de Dylan). Este tema habla de una mujer -algunos opinan que se refiere a su ex novia, la también cantante de folk Joan Baez- que lo tenía todo y ahora no le queda nada. Como la vida misma, vaya.

La particularidad de Like a rolling stone es su increíble rotundidad. Las metáforas, muchas veces cercanas a la psicodelia, que emplea Dylan en este y otros temas de su extensa discografía, no impiden ver la furia y la crítica encarnizada que encierran sus palabras. Además, su larga duración (unos seis minutos) implicó un riesgo enorme, ya que dificultaba en gran medida la promoción del disco a través de la radio, donde la mayor parte de los temas duraban dos minutos. No obstante, Dylan se negó a recortar una sola frase de la letra, se arriesgó al proponerla como sencillo, y acertó, pues en seguida se convirtió en un éxito sin precedentes.


Tombstone blues es una larga retahíla de imágenes a cual más surrealista. Algo parecido había hecho ya Dylan con su Maggie's farm, perteneciente al ya mencionado Bringing..., un tema que le ayudó a ganarse sus primeros enemigos en el mundo del folk. Desde mi punto de vista, es especialmente reseñable la versión que el propio Bob incluyó, con una voz cascada pero aún nasal y fuerte, en su directo MTV Unplugged, publicado en 1995 e injustamente maltratado por la crítica.

It takes a lot to laugh, it takes a train to cry es una canción que recuerda a los temas blues más clásicos, pero con el toque nuevo de la batería, la armónica y la guitarra eléctrica, cuyos timbres se entrelazan increíblemente bien entre sí. La letra, dentro de lo que cabe, es de las más claras y comprensibles del disco:

Don't the moon look good mama,
shinin' through the trees?
Don't the brakeman look good mama,
flagging down the "Double E"?
Don't the sun look good
goin' down over the sea?
Don't my gal look fine
when she's comin' after me?

¿No tiene la luna buen aspecto, chica,
brillando a través de los árboles?
¿No tiene el guardafrenos buen aspecto, chica,
mientras hace al “doble E” la señal?
¿No tiene el sol buen aspecto
mientras cae sobre el mar?
Pero, ¿no tiene mi chica un aspecto maravilloso
cuando va detrás de mí?.

Dylan, en la gira con The Hawks (futuros The Band) en 1966

El tema que sigue es From a Buick 6, otro tema blues, esta vez más animado, que da paso a la que es mi canción preferida dentro de Highway 61 revisited, junto a Like a rolling stone. Se trata de Ballad of a thin man, probablemente el tema más oscuro y polémico de la discografía de Dylan, así como uno de los más discutidos. Nadie sabe quién es el Mr. Jones al que se refiere la letra de la canción. Algunos opinan que se trata de un periodista que, en un momento dado, importunó a Bob con preguntas estúpidas (Dylan siempre mantuvo una relación tensa con la prensa, especialmente en la época de Highway 61), otros opinan que la canción habla en general, y que el tal Mr. Jones no es más que la personificación de la típico personaje que va de listo y en realidad no se entera de nada. Una tercera interpretación sugiere que, de nuevo, Dylan se refiere a sus detractores para decirles de todo menos bonitos. En algunos tramos de la canción, algunos quieren ver referencias claras a la homosexualidad de nuestro Mr. Jones, lo cual apoyaría la tesis de que la canción se refiere a alguien en concreto. Hagan sus apuestas:

Well, the sword swallower,
he comes up to you
and then he kneels.
He crosses himself
and then he clicks his high heels,
and without further notice
he asks you how it feels,
and he says, "Here is your throat back,
thanks for the loan..."
Because something is happening here,
but you don't know what it is.
Do you, Mister Jones?

Now you see this one-eyed midget
shouting the word "now!"
And you say, "For what reason?"
And he says, "How?"
And you say, "What does this mean?"
And he screams back, "You're a cow!
give me some milk or else go home".
Because something is happening here,
but you don't know what it is.
Do you, Mister Jones?
El tragador de sables
viene hacia ti,
luego se arrodilla.
Se santigua
y chasquea sus altos tacones,
y sin previo aviso
te pregunta cómo te sientes,
y dice, “Aquí está de vuelta tu garganta gracias por el préstamo.”
Y sabes que algo está ocurriendo,
pero no sabes lo que es.
¿No es así, Mr. Jones?

Ahora ves al enano de un ojo
gritando la palabra “¡Ahora!”
Y dices, “¿Por qué razón?”
Y dice, “¿Cómo?”
Y dices, “¿Qué significa esto?”
Y te vuelve a gritar, “¡Eres una vaca!
Dame algo de leche o vete a casa.”
Y sabes que algo está ocurriendo,
pero no sabes lo que es.
¿No es así, Mr. Jones?



Después de este temazo Dylan no se relaja. La sexta pista es Queen Jane aproximately, que de nuevo narra la historia de un personaje desconocido, en este caso una mujer que algunos identifican con una prostituta. Este tema también se cuenta entre los más versionados de Bob. Los Grateful Dead, o The Band (la banda de la que Dylan se acompañó en su gira de 1966, y que se convirtió después en uno de los máximos exponentes del folk-rock internacional) cuentan con conocidas versiones de esta canción.
Puede que haya cambiado, pero sigue
conservando todo su genio

La canción que le da nombre al discho ocupa el siguiente lugar. Highway 61 revisited es un tema plagado de referencias bíblicas, literarias y de otros ámbitos de lo más variopinto. Solo Dylan podría hacer que Abraham, el hombre escogido por Dios, y múltiples protagonistas de viejas canciones folk aparezcan en la misma canción sin que el resultado sea bizarro. Es curioso señalar que esta canción impresionó especialmente a Johnny Cash, quien ya se encontraba en la cúspide del country cuando Dylan no era más que un principiante. Posteriormente, ambos colaborarían para construir un disco que regresa al folk más profundo en Nashville skyline (1969).

Parece que esta canción y el álbum toman su nombre de la carretera que unía Minnesota con la localidad donde residió el cantautor en su niñez.

La penúltima canción es Just Like Tom Thumb's blues, que precede a la inmensa Desolation row. Esta última es un extenso tema acústico que, desde mi punto de vista, encierra una belleza especial. Dylan describe una serie de situaciones, una serie de personajes que tienen algo en común: todos ellos rechazan la calle de la desolación, pero al mismo tiempo a todos les gustaría estar ahí. Yo creo que la canción trata un tema bastante profundo: Desolation row, esto es, la calle (o el "paraje", en otras traducciones) de la desolación simbolizaría los deseos reprimidos, y la canción trataría sobre la inconveniencia, e incluso la hipocresía, que supone en ocasiones negar lo que uno desea porque resulte inmoral o esté prohibido por alguna norma, escrita o no. Pero, tratándose de Dylan, vaya usted a saber.


No ha estado mal por hoy. Podéis descargar el disco aquí. Si os gusta una milésima parte de lo que me gusta a mí, me doy por contento. Un saludo a todos, ¡y hasta la próxima!

2 comentarios:

Helena Drive dijo...

ME GUSTA

Mr. Nobody dijo...

Y A MÍ.

Fue el primer disco de Dylan que escuché de cabo a rabo, aunque terminó por gustarme más el "Blonde on blonde", que me parece algo más accesible que éste (basta escuchar "Ballad of a thin man", que no es de las que entren suavemente por el oído). Un gran disco, sí señor.

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